Me siento algo así como rara. Como que todo va mejor de lo que creo pero mi cerebro se empeña en ponerme lágrimas en los ojos.
Y también veo mi futuro algo negro. Con la mala suerte que he tenido pocas posibilidades veo de que acabe viviendo del piano, de que llegue a algo.
Mientras todos los demás se van moviendo por audiciones y concursos, yo sigo estancada en el conservatorio.
Si dependiera de mí, no estaría así, pero eso es cosa del profesor.
¿Para qué voy a querer obligar a mi madre a pagar un piano de cola si ni siquiera veo que tenga futuro?
Lo peor de todo es que sigo sacrificando mi vida y mi bienestar por ello.
En unas horas tendré que tirar hacia el conservatorio.
A ver cómo les pongo buena cara a esa panda de rancios... aunque también hay gente maja.
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